Nono es uno de esos amigos imprescindibles para cualquier mujer: es listo, coqueto, espontáneo, divertido y empatiza a la perfección con la sensibilidad femenina.
Después de casi un lustro de idas, venidas y recaídas, se ha separado definitivamente de su pareja, o eso cree.
Quedamos a las 4 de la tarde del viernes, y acudió puntual como siempre. Aparentaba normalidad, pero sus ojitos tristes y su ausencia de chispa habitual lo delataban. En ese momento, la tarde se presentaba pasada por lágrimas... A los dos nos encantan las sesiones de drama de vez en cuando, y la ocasión lo requería.
Después de semanas de intermitentes alertas naranjas, comprobar que el lorenzo saludaba allá en lo alto, auguraba unos pocos refrigerios en alguna terraza agradable. Decidimos saltarnos el café y apostar por unos vermuts -que se antojaban como mejor digestivo- en la terraza de La Traviesa. Todo un descubrimiento. Es un espacio abierto "a todos los públicos" y bolsillos, ecléctico, con personalidad (no pseudo trendy/cutre faCHONIsta), de impecable y cercana atención por parte de su personal, y con una cocina que no deja indiferente, como el resto del local.(Me acabo de dar cuenta que tiene un post, porque me rechifla, aunque ahora que lo pienso, ni que fuera a tener repercusión...).
Entre tragos, y ya de lleno en la conversación post ruptura, confirmé que la nota común a cualquiera en las que me ha tocado participar, ya como prota ya como testiga, es el desequilibrio de las prestaciones. El que más pierde es el que siempre da más.
N, como yo en tantas ocasiones y relaciones fallidas, se había encoñado. Pero quiso ver, además, su fondo. Craso error. Al encoñante sólo hay que quererlo por su cuerpo y por el buen sexo.
Sin embargo no supo entender que, si las formas y los medios que empleaba el encoñante para exteriorizar ese fondo no se correspondían con éste, por más que (sólo) N tuviese la convicción de que todo podía cambiar y que algún día lo sorprendería con una etapa indefinida de generosidad emocional, se iba a pasar la vida esperando y ahogando en lágrimas su frustración.
El terrible día había llegado. Ese en que el susodicho decide que no va a poder hacerte feliz y que, por tu bienestar, lo más sensato es la separación. ¡Bendita generosidad! ¡Por fin llega! ¿Se puede ser tan cutre como para cargar con la losa de la insatisfacción a quien, sin duda, es el que más ha intentado reflotar la relación?
El "drama del macho" -que suelo llamarlo- que sólo llega al tiempo de la ruptura. Solamente en ese momento se convierten en almas comprensivas que empatizan con tu insatisfacción, por lo que no cabe, siquiera, plantearse como remedio de emergencia, usar la táctica de estoy al límite. O esto cambia o tendremos que dejarlo, porque puede que el tiro salga por donde todos sabemos, y brindemos, encima, una perfecta fórmula de escapismo.
El "drama del macho" -que suelo llamarlo- que sólo llega al tiempo de la ruptura. Solamente en ese momento se convierten en almas comprensivas que empatizan con tu insatisfacción, por lo que no cabe, siquiera, plantearse como remedio de emergencia, usar la táctica de estoy al límite. O esto cambia o tendremos que dejarlo, porque puede que el tiro salga por donde todos sabemos, y brindemos, encima, una perfecta fórmula de escapismo.
Y digo yo, ahora que está tan de actualidad el tema, ¿dónde están esos que regalan always yours grabados en pelucos de varias decenas de millares de euros (dicho al más puro estilo telecuponero)? Y me pregunto algo más: ¿qué hay que hacer para encorinnar de esa manera?
Yo no necesito las joyas de la Corinna. Me conformo con esas mismas letritas -no necesariamente en inglés- en un post it adherido a la nevera. Una nota que no acabe en la basura, si el encoñante, en un brote de amnesia, lo confunde con las ofertas de tele comida que han caducado...
Está claro que hay que ser pérfida -que ahora se traduce en "leal" y "discreta", aunque sin reparos a la hora de pasear "entrañables amistades"-, ambiciosa, egoísta y escasita de sensibilidad, para llegar a conseguir esa generosidad indefinida y gestionarla a la carta, porque en caso contrario, habrá que ir agenciándose unos palés de clínex, triple capa of course...
"Always yours", ADPPT.
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