No soy de las que consideran que la suegra perfecta es mi madre, porque como todas, pertenece también a una de esas categorías que la convierte en un ser temido para la vida marital. En su caso, mi madre pertenece al grupo de las inoportunas. Al de las que llaman en el momento menos elegante: el baño, el almuerzo, la cena, conduciendo... Su radar para cazar el "mejor" momento alcanza hasta a los de bronca chunga con el esposo...
Sin embargo, su omnipresencia inoportuna es fácilmente sorteable en tanto que los identificadores de llamada primero, y la imaginación después, operan como filtros perfectos: Tenía el móvil en el bolso silenciado, por supuesto; estaba en la ducha (sí, soy muy limpia y me ducho 7 veces al día) y luego se me pasó devolverte las llamadas; una horda de furbys asesinos ha invadido mi casa... En fin, excusas a la altura de la ingenuidad de la susodicha.
La tipología de suegras según ADPPT, sin permiso de mi bruja particular, y sobre la base de mi curtida experiencia, es la siguiente:
- La wikisuegra: La que lo sabe todo. Desde la forma correcta para sonarse los mocos, hasta la fórmula de la Coca-Cola. Ella es la omnisciencia personificada, además de la infalibilidad, porque si la pillas en un renuncio, tratará de convencerte que fuiste tú la que lo entendió mal porque eres muy lerda. Este espécimen jamás podría equivocarse... En este punto, te muerdes la lengua y contienes la carcajada maliciosa, aunque tu mirada de satisfacción te delata al pensar...
- Luego está la pentotal: Esa que en vez de vitaminas o botox, parece que se chuta suero de la verdad, y que no deja pasar la oportunidad de hacerte saber que has ganado peso, que tus mechas necesitan un repasito, que tienes ojeras... Y si tiene público, aun más lo disfruta... ¡Señora, que la menopausia le ha dejado como regalito unos fabulosos pelos distraídos en el mentón, que me dan ganas de arrancárselos, y no la llamo barbuda! Otra vez, a morderse la lengua...
- La espejismo: Esa con la que siempre puedes contar para todo, pero cuando te hace falta, se quita de en medio cual ñu despavorido por la sabana. No obstante, esta modalidad tiene sus ventajas. No está en decisiones importantes, así que no mete las narizotas en tus asuntos con tal de no asumir responsabilidades. En cualquier caso, esta norma no es absoluta porque existe la subcategoría de suegra embudo, como la mía.
- La pandillera: La que cuando se siente respaldada por sus amigas/hermanas/hijas en cualquier reunión familiar, aprovecha para darte candela sin cortarse siquiera esos pelos del mentón. Tu presencia parece invisible, y se explaya apreciando cuánto ha cambiado su hijo desde el desdichado día -para ella- en que te conoció. Ahí ya es cuando, además de seguir mordiéndote la lengua hasta sangrar, empiezas a legitimar la eugenesia.
- La Guantánamo: Sus tácticas de perturbación rozan la estrategia militar. Utilizan todas las armas a su alcance: Su hijo y la psicología inversa, confundir tu nombre y llamarte como a la ex de turno, servirte comida hasta estallar (pese a que se haya encargado de poner de manifiesto tu aumento de peso) y bajo pena de acusarte de que no te gustan sus delicatessen cocinadas especialmente para agasajarte (juas juas)... Con ellas siempre llevas las de perder. No hay trinchera que resista sus envites. En este punto tu imaginación se desborda, y la imagen de ella por los aires tras una generosa patada en el trasero empieza a obsesionarte. La lengua, mientras tanto, sigue sangrando.
- La víctima: No se te ocurra responder a sus provocaciones, y menos, mostrar fortaleza. Sus lágrimas y tristeza fingidas dejarán en pañales a cualquier dolorosa bajo palio. Desde entonces ostentarás el título de nuera bruja, cruel y malvada que la trata injustificadamente, porque ella todo lo dice por tu bien (JUAS JUAS- esta vez en mayúsculas). Ella ataca, tú te defiendes a la altura, ella llora, y por eso, tú eres digna de un juicio inquisitorio. Sabes perfectamente que mientras su hijo la abraza para consolarla, ella, la muy zorra, sonríe, henchida por la victoria. Patadas voladoras, estrangulamiento y eugenesia ya no te resultan suficiente...
- La Capone: mafiosa al puro estilo italiano madre madrone. Controla tu pasado, te lo hace saber a la mínima que no la oye nadie, y no le tiembla el pulso a la hora de revelárselo a su hijo -como si tú no lo hubieras hecho antes-, para que sea consciente de que no es un pasado tan privado ni discreto, así como la vergüenza que siente desde que se enteró. Ella llegó pura y casta al matrimonio (si la prueba del pañuelo no fuera una tradición exclusivamente gitana....) y su hijo se merecía lo mismo. En esa misma estela de auto ejemplificación, no concibe que alguien pueda cocinar con más destreza, ni decorar con más estilo, ni educar mejor a un hijo, y por eso los tuyos tendrán que seguir los pasos de su padre... Señora, tomo almax los domingo tras cada visita, su casa es el museo de los horrores, y su hijo es muchas veces muy friki, y lo ha educado usted, no le digo más... Mientras te da una palmadita "cariñosa" en la cara, te vuelves a morder la lengua -pese a empezar a necesitar ya una transfusión por tanta pérdida de sangre-. Ahora la imagen que ocupa tus pensamientos es la de meterle una cabeza de caballo en la cama...
Estas no son categorías excluyentes ni mucho menos. Es más, habrá alguna suertuda, como yo, que goza de todas estas apasionantes facetas, y a la que el efecto de abducción del esposo le trae más de un quebradero de cabeza... Y otras que tendrán el privilegio de la anti suegra. ¡Os envidio de forma mal sana!
Con el temor de convertirme algún día en una de ellas...
ADPPT.
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